lunes, 7 de mayo de 2007

Pura precisión y lujo.

Ladilla desplegó toda su artillería y continua con su utopía. Baila, murguero, baila, baila de corazón¨, ¿Qué con febrero se murió el carnaval? Macanas. Carnaval toda la vida, si no, miren al tricolor bajo el imaginario influjo de un tutá tutá endiablado, marcando el paso del borrachito goleo sin despecho al puntero. Claramente, en su tarde mágica, la punta del iceberg que significó su actuación fue la exquisitez demostrada en una tarde soñada, enterrando el sufrimiento del comienzo del campeonato.

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