jueves, 5 de julio de 2007
Con esta actitud no llegamos a ningún lado
Así como muchas veces resaltamos rasgos del equipo como el profesionalismo y las ganas de jugar los partidos, hoy criticamos la poca voluntad y la falta de fibra en el campo de juego. Cuando el capitán planifico la meta a seguir durante el campeonato todos pensaron que seguiría la buena onda y la racha ganadora. No obstante a pesar del mal juego y los errores seguía con viento a favor y parecía blindado. Pero la situación cambio, con esta derrota aparecieron los reproches, los insultos y las peleas entre los jugadores. La racha 8 meses sin perder creo una burbuja que elevó al equipo a un lugar que no merecía. Ni antes eran los mejores ni ahora los peores. Detrás de los números existe una metodología, no se ha trabajado para el equipo, se ha trabajado con el equipo. Cuando los conflictos que surgen de las diferencias son importantes, aun cuando se mantengan en cauces pacíficos, pueden afectar el funcionamiento del juego y de ese modo perjudicar al equipo. Por eso la calidad del desempeño del equipo depende, en buena medida, de administrar sus diferencias en forma constructiva. En medio del clima hostil que se fue formando, puede dar un paso al costado el que quiera para reoxigenar el equipo y permitirle una nueva oportunidad cualquier momento, hay que tender puentes con los jugadores que han virado de la simpatía al mal humor. La solución se encontrara con el tiempo porque no se construye con la queja sino con la lucha y como decía el general Perón “al equipo lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”.
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