Un TDK negro
Un día de un calor de cagarse, diciembre 1987 8no tan distintos), cinco mil materias esperando en marzo y el viejo nos puso a picar el garaje para construir un jardín primitivo, que con el paso del tiempo y a su debido tiempo se convertiría en un lugar oscuro. Chica pasa con temor, las únicas tetas del barrio, nosotros éramos los loquitos, los desfasados. Mariana se apoya en una bolsa de compras y nos dice: “se murió ese pelado que les gusta a ustedes”. Mi hermano apoyó la pala contra la pared, y en su mirada había tanta insurrección que me la contagió como un virus. Dejamos los elementos de castigo y salimos a la vereda. Se acabó el trabajo forzoso, no sé si el viejo lo entendió. Se murió Luca y se acabó la inocencia. Fui a buscar a Ale, que seguramente había vuelto del reparto de leche y de ahí a lo de Grillo, al lado del loquero. Ahí abordamos el colectivo 120 sin saber donde ir ni que decir. Creo que nunca más fuimos los mismos, todo quedó teñido de una tristeza tan infinita que casi no se revela. La esquina de casa nos enseño todo o casi: ahí hablábamos de cosas que nunca más abordaríamos, ahí fumamos por primera vez, ahí escuchamos Sumo con tanta fruición que se nos hizo piel. El Pelado pasó como un tsunami del cual no nos pudimos, no quisimos reponernos. Nunca lo vimos en vivo, menos mal. Nos queda la sensación de que fue algo que inventamos los cuatro para seguir tirando, para hacer fuck you a nuestra burguesa comodidad, para poder soplar como sopla el viento. Luca fue el hermano mayor que no tuvimos, el que llega a casa con discos de Lou Reed y Bob Marley para cagarnos la cabeza. Fue ese signo de resistencia la noche antes de ir a la escuela donde San Martín nos esperaba, fueron noches eternas bajo el influjo dulzor del reggae, fue hacerle entender a un simple pibe de barrio que el mundo cabía en un TDK de sesenta minutos. Fue ese muerto que no para de nacer. Pongo After Chabón en Mendoza 20 años después, Ale baila Reggae de amor y paz en una playa de Las Canarias, el Grillo hace con los pies la introducción de Crua-chan en Comodoro Rivadavia y el Pata va a darles clases de ingles a algunos santos en remera mientras tararea Banderitas y globos. Y acá con 16 años en el alma, cruzo mi ciudad con su cara en la remera.
Leandro Sambrini
3 comentarios:
Muy bueno Leandro
Muy lindo lo que escribe.
sambrini gil
luca era un idiota
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