El encuentro era para debatir hacia donde va Ladilla. Y la mesa estuvo integrada por Alejandro García, titular de El Ladillon, Jeremías Di Rosa, capitao del equipo, Juan Pablo Servettini, dirigente del equipo y Desiree Magnone, preparadora física. El debate, coordinado por el periodista Alejandro Fabri, logró una convocatoria tan amplia en el último día de la Feria del Libro, que incluyó a periodistas e hinchas fanáticos. Las visiones de los panelistas coincidieron a grandes rasgos, pero a poco de arrancar surgieron algunas diferencias. Así, si para Servettini empezar a imprimir y vender la revista de El Ladillon seria una forma de ganancia, para García significaría tener que invertir y perder usuarios de otros lugares alejados. Y si para Magnone habría que entrenar todos los días, para Di Rosa alcanzaría con una vez por semana si es que hay partido. Servettini insistió que en vez de seducir al capital extranjero, hay que lograr que inviertan los jugadores y argumentó que el 80% de las inversiones en el mundo provienen del ahorro interno. A esos matices del panel se añadieron los planteos de algunos técnicos, que Di Rosa zanjó cuando los invitó a ver como trabaja el equipo, con lo que se ganó la ovación de un público heterogéneo de jugadores, empresarios y hasta terroristas como J. J. Cutuli. Magnone hizo eje en que el problema del equipo han sido sus crisis permanentes y dijo que la clave para mantener alta la tasa de crecimiento es la innovación. Mencionó que hay que desarrollar una red de entrenamiento. De paso, volvió a reclamar para que vayan todos. Al recordar la reciente hazaña de salir subcampeón, Fabri dijo Ladilla tiene un enorme potencial.
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